Como proveedores de aircare, nos interesa mucho el sentido del olfato y por qué es tan importante en nuestra vida cotidiana. Sabemos que los locales pueden mejorar mucho sus entornos con un aroma agradable. Tener en cuenta el olor en los interiores de las empresas es un gran negocio. Ya sea en el interior de un spa, una tienda o el vestíbulo de un hotel, los olores (tanto agradables como desagradables) pueden marcar la diferencia en la experiencia global de un cliente. Definitivamente, no es algo que deba subestimarse o infravalorarse. El olfato fue históricamente importante para olfatear el peligro y está estrechamente ligado a nuestro gusto por la comida. Cuando un olor flota en el aire, llega a nuestra nariz y entonces nuestros receptores olfativos “fijan” el olor. Hay varios centenares de receptores olfativos, cada uno de un tipo distinto, lo que les permite aferrarse fuertemente a algunos olores, flojamente a otros, y a algunos en absoluto. Los receptores cobran vida enviando señales a nuestro cerebro, que percibe el olor al que hemos estado expuestos. Repasando la historia y la ciencia del olfato, los científicos han estudiado las narices de nuestros parientes cercanos, como los chimpancés. También han estudiado a los antepasados humanos que existieron hace millones de años. Los científicos descubrieron que los bulbos olfativos relacionados con el sentido del olfato eran un 12% más grandes en los humanos modernos que en los de los neandertales, lo que nos daba una mayor ventaja evolutiva.* De hecho, el olfato es uno de los sentidos más antiguos de los vertebrados, “el único que establece una conexión directa entre el cerebro y su entorno”, dice Bastir. El olfato es esencial para sobrevivir, pues desempeña un papel clave en procesos básicos como alimentarse y evitar amenazas. Hemos evolucionado para interpretar olores que indican veneno (bacterias malolientes que causan intoxicaciones alimentarias, por ejemplo) y peligro (humo que indica fuego). Una persona que haya perdido su capacidad olfativa necesitará ayuda para detectar riesgos o peligros. Nuestro sentido del olfato disminuye a medida que envejecemos, lo que explica que algunas personas mayores tengan menos apetito. Simplemente, ¡ya no es tan apetecible! Existe la creencia generalizada de que nuestro sentido del olfato es ahora mucho mayor que en el pasado, debido principalmente a la exposición actual a tantos olores y ambientes diferentes. La industria de productos de consumo (perfumes, alimentos y bebidas, y pesticidas) dedica miles de millones de dólares cada año a apoyar la investigación olfativa en un esfuerzo por mejorar el diseño y la comercialización de los productos.

Entonces, ¿a qué afecta el olor y por qué debemos prestarle atención?

Memoria – Nuestros antepasados se habrían dado cuenta de que un determinado tipo de alimento es malo y no debería comerse, y esto lo habrían almacenado en su memoria. Nuestras mentes funcionan hoy exactamente igual. Emoción – ¿Recuerdas el maravilloso olor de la comida de la abuela? Con sólo pensar en ello, ¡sonreímos! Tiempo – Los estudios han demostrado que queremos permanecer más tiempo en una zona que huele bien, lo cual es una buena noticia para las tiendas minoristas. Productividad – Los niveles de concentración pueden aumentar con ciertos olores, lo que significa que los aromas en las oficinas son algo bueno.

*según un informe científico publicado en la revista Nature Communications . El equipo de investigación estuvo dirigido por Markus Bastir y Antonio Rosas, del Museo de Ciencias Naturales de España (CSIC), e incluyó a Chris Stringer y Robert Kruszynski, del Museo de Historia Natural.