En Vectair somos conscientes de la importancia del medio ambiente y dedicamos nuestro tiempo a garantizar que nuestros productos y procesos industriales sean reciclables siempre que sea posible, éticos, respetuosos con el medio ambiente y económicamente viables. De hecho, hemos sido reconocidos por organizaciones internacionales como los Premios Internacionales Manzana Verde por nuestra labor de promoción de las mejores prácticas medioambientales y de minimización de nuestro impacto medioambiental. Minimizamos y gestionamos la eliminación de residuos siempre que es posible para garantizar que se recicla la mayor cantidad posible, y también hemos reducido al mínimo la cantidad de materiales no reciclables que utilizamos.
Teniendo esto en cuenta, ¿cuál es la diferencia entre los materiales reciclables y los materiales biodegradables? Ambos suenan bien y ambos suelen llevar un etiquetado de aspecto verde y ecológico, así que ¿dónde radican las diferencias?
Reciclable
- No pueden reutilizarse en su forma actual (pueden haberse reutilizado anteriormente, pero han llegado al final de su vida útil), pero pueden llevarse a un centro de reciclaje para desmontarlos y reciclarlos. Piensa en pilas o cajas de cartón, por ejemplo.
- Pueden tirarse en contenedores de reciclaje, clasificados por tipo de producto/material. Así te asegurarás de que van al centro de reciclaje correcto.
- Los materiales reciclables que aún no se pueden depositar en los contenedores de reciclaje normales (como el film transparente o los tubos de pasta de dientes), se pueden llevar a centros de reciclaje especializados: consulta la página web de tu ayuntamiento para más información.
- El reciclaje evita que los residuos vayan a parar a los vertederos
Biodegradable
- No se pueden reutilizar (piensa, por ejemplo, en los pañales desechables), pero se pueden eliminar con la recogida normal de basuras.
- Se descompondrá en dióxido de carbono, agua y biomasa en un “plazo razonable” en el medio natural (es decir, en un vertedero).
- La mayoría de los vertederos carecen de los microorganismos y el oxígeno necesarios para que la biodegradación se produzca rápidamente, por lo que un “plazo razonable” puede extenderse durante largos periodos de tiempo, superando los 100 años en algunos casos.
Las estadísticas muestran que la cantidad de residuos municipales biodegradables (BMW) enviados al vertedero en 2016 fue de aproximadamente 7,7 millones de toneladas, casi lo mismo que el año anterior; aunque todavía no se han publicado las estadísticas posteriores, es importante que esta cifra siga disminuyendo, ya que los avances tecnológicos permiten reciclar más productos y materiales en lugar de enviarlos al vertedero. Se calcula que en 2016 se enviaron al vertedero 32,2 millones de toneladas de residuos comerciales e industriales; de nuevo, esta cifra está a la par con la de 2015, pero se ha reducido desde los 42,4 millones de toneladas registrados en 2010. Esto sólo puede disminuir mientras las empresas se comprometan a utilizar materiales reciclables y a eliminar los residuos de forma correcta. La próxima vez que vayas a tirar una lata de aluminio al contenedor de residuos generales o te deshagas de una caja de cartón, párate a pensar… ¿Puede reciclarse esa lata y no quedarse en el vertedero durante los próximos 100 años? ¿Puede convertirse en otra cosa útil? ¿Puede reutilizarse esa caja para que haya que talar menos árboles para producir otra caja idéntica? Es importante que todos pongamos de nuestra parte para reducir nuestra huella de carbono y mantener verde nuestro planeta; nosotros hacemos la nuestra, ¿y tú?